REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
Refiriéndose al Evangelio de Mateo en el capítulo 14, que refiere el terror de los discípulos cuando ven a Jesús caminando sobre el agua convencidos de ver un fantasma. Y, posteriormente Jesús debe tender la mano a Pedro para sostenerlo porque se hunde, Francisco expresó que la fe nos da la seguridad de la Presencia de Jesús; “una Presencia que nos impulsa a superar las tormentas existenciales, la certeza de una mano que nos aferra para ayudarnos”.
Y el Papa explicó: “A Pedro, en ese momento, no le bastó la palabra segura de Jesús, que era como la cuerda extendida a la cual sujetarse para afrontar las aguas hostiles y turbulentas. Es lo que nos puede suceder también a nosotros. Cuando no nos sujetamos a la Palabra del Señor, sino que para tener seguridad se consultan horóscopos y adivinos, entonces se comienza a hundir. La fe aquí no es tan fuerte”. Francisco expresó “que la fe en el Señor y en su Palabra no nos abre un camino donde todo es fácil y tranquilo; no nos quita las tempestades de la vida. La fe nos da la seguridad de una Presencia – no olviden esto: la fe nos da la seguridad de una Presencia, esa presencia de Jesús – una Presencia que nos impulsa a superar las tormentas existenciales, la certeza de una mano que nos aferra para ayudarnos a afrontar las dificultades, indicándonos el camino incluso cuando esta oscuro. La fe, finalmente, no es una escapatoria a los problemas de la vida, sino nos sostiene en el camino y le da un sentido”.

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