(RV). En una declaración, el obispo, el clero y la vida consagrada de la Diócesis de Ancud, Provincia de Chiloé (en Chile), manifiestan su plena solidaridad con todos los hombres y mujeres que viven de la pesca artesanal y recursos del mar, afectados por las consecuencias de la marea roja.
“Como pastores y servidores de nuestros hermanos manifestamos nuestra plena solidaridad con todos los hombres y mujeres del mar, de la pesca artesanal, que junto a sus familias, sufren las consecuencias de la marea roja”, dice la declaración.
También recuerdan que en la Región se han producido recursos monetarios cuantiosos para el país a partir de la explotación del mar, enfatizan que "lo que hoy se pide y necesita no es una limosna para enfrentar la crisis, sino el debido aporte digno que todo chileno afectado por una catástrofe tiene derecho como fruto del trabajo y de los impuestos comunes de todos los chilenos".
El obispo de la Diócesis de Ancud, Juan María Agurto, manifestó su disposición para ser mediador entre de los pescadores y las autoridades debido al fracaso en las negociaciones tras la crisis en la isla.
El fenómeno de la marea roja corresponde a la densidad de algas nocivas en las aguas costeras que produce toxinas venenosas, contaminando peces y mariscos, por lo cual se ha prohíbo la extracción y la pesca afectando la fuente de trabajo.
Johan Pacheco para RADIO VATICANA.
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