jueves, 30 de noviembre de 2017

Costa Rica: Video mensaje del Papa al Simposio sobre la Laudato Si

De Griselda Mutual

El Santo Padre Francisco se hizo presente con un Video Mensaje en el Simposio Internacional “Laudato Si”, sobre el cuidado de la casa común, “una conversión necesaria a la ecología humana”, organizado por la Fundación Joseph Ratzinger, que se está llevando a cabo en Costa Rica del 29 de noviembre al 1º de diciembre.

Se trata de tres días en los que cerca de 400 personas, entre los cuales, académicos, científicos, sacerdotes, estudiantes, empresarios y personas de la sociedad civil en general, profundizan sobre un desarrollo sostenible para nuestro planeta.

Tal como se explica en el sitio del evento, se presentará también durante el simposio una herramienta para medir el índice de desarrollo de los países del mundo, a partir de los indicadores ambientales propuestos en la Encíclica del Papa Francisco Laudato Sí, y por otra parte, con el objetivo de llevar el pulso ambiental y social del planeta, se inaugurará asimismo el “Observatorio Laudato Si” de la Universidad Católica de Costa Rica.

En el video mensaje hecho público en el segundo día de Simposio, el Santo Padre menciona primeramente la intención de la Encíclica Laudato Sí de realizar un reclamo a la atención de la humanidad y de la Iglesia sobre las preguntas más urgentes relacionadas con el cuidado de nuestra casa común, con el presente y con el futuro de los pueblos que la habitan.

“Los problemas de la destrucción del ambiente natural son cada vez más graves y las consecuencias sobre la vida de las personas resultan dramáticas”, expresa el Papa, y añade que para afrontarlos se necesita una visión amplia de las causas, de la naturaleza de la crisis y de sus diversos aspectos”.

Se trata de una problemática mundial ante la cual – afirma el pontífice- no nos es lícita ninguna actitud negacionista, sino por el contrario, se necesita la colaboración de los científicos, sociólogos, economistas, políticos, educadores y formadores de conciencias, para una “verdadera conversión de actitudes y de comportamientos cotidianos”, dado que “las soluciones técnicas no alcanzarán –afirma el Papa – a salvar nuestra casa común”. 

Citando al Papa Emérito Benedicto XVI, el Santo Padre Francisco vuelve a proponer una ecología humana que ponga en el centro el desarrollo integral de la persona y haga un llamado a su responsabilidad por el bien común, por el respeto y la buena administración de las creaturas que Dios nos ha confiado.

Por otra parte, manifiesta su deseo de que el Simposio sea de impulso para la colaboración de las Universidades Católicas, en particular en América Latina y en el Caribe, y para el estudio de los problemas, y de las posibles soluciones, y también para sugerir propuestas concretas que tengan por finalidad suscitar una mayor responsabilidad en el cuidado de la casa común, no sólo en las personas individuales, sino también en las comunidades políticas, sociales, eclesiales y finalmente en las familias.

“Se necesita  -concluye el Papa – la solidaridad y el compromiso de todos. La Encíclica Laudato si’ es un llamado a todos y cada uno. Se necesita la colaboración de todos, a fin de recoger el mensaje de la Laudato si’ y traducirlo en la vida concreta, por el bien y el futuro de la familia humana”.


Sabiduría para alabar a Dios, en cuyas manos está nuestra vida y nuestro aliento

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

En Myanmar, donde el 87% de los 150 millones de habitantes practica el Budismo, venera a Buda y su sabiduría, Francisco puso el acento en esta palabra en su homilía en la Misa en Yangon, el miércoles, 29 de noviembre de 2017.

Distinguió dentro de los mismos textos litúrgicos cristianos una sabiduría mundana y una sabiduría cristiana. Se refirió a la sabiduría mundana del rey Baltasar y sus videntes, en el libro de Daniel que les servía para “a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra”, “pero no poseían la sabiduría para alabar a Dios, en cuyas manos está nuestra vida y nuestro aliento”, expresó el Papa. “Daniel, sin embargo –afirmó-, tenía la sabiduría del Señor y fue capaz de interpretar sus grandes misterios”.

“El intérprete definitivo de los misterios de Dios es Jesús –dijo el Papa-. Él es la sabiduría de Dios en persona (cf.1 Co 1,24). Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando su vida en la cruz. A veces podemos caer en la trampa de confiar en nuestra propia sabiduría, pero la verdad es que podemos fácilmente desorientarnos. En esos momentos, debemos recordar que tenemos ante nosotros una brújula segura: el Señor crucificado. En la cruz, encontramos la sabiduría que puede guiar nuestras vidas con la luz que proviene de Dios.”


Diálogo verdadero construye la unidad al servicio del bien común: el Papa a las Autoridades de Bangladés

De María Cecilia Mutual

El diálogo sincero es el único camino para reconciliar las visiones: con esta afirmación el Papa Francisco se dirigió a las Autoridades, al Cuerpo Diplomático y a la Sociedad civil de Bangladés reunidos en el Palacio Presidencial de Dacca, en el primer día de su viaje apostólico a este país.

El Pontífice recordó que había llegado siguiendo los pasos de sus predecesores, Pablo VI y Juan Pablo II – solidarios con este pueblo en la superación de sus diversidades – “para orar con mis hermanos y hermanas católicos y ofrecerles un mensaje de afecto y aliento”.

Tomando la imagen de Bangladés como nación unida “por una vasta red de ríos y canales, grandes y pequeños” Francisco afirmó que esta peculiaridad simboliza “su identidad particular como pueblo”. “Una nación – dijo el Papa – que se esfuerza por “conseguir una unidad”, en el respeto de las diferentes tradiciones y comunidades. Y en este sentido, el Santo Padre destacó el pensamiento de los fundadores de Bangladés, especialmente del primer Presidente Shoah Mujibur Rahman, que buscaron “una sociedad moderna, plural e inclusiva en la que cada persona pudiera vivir en libertad, paz y seguridad”.

“Sólo a través del diálogo sincero y el respeto por la diversidad legítima, puede un pueblo reconciliar las divisiones, superar perspectivas unilaterales y reconocer la validez de los puntos de vista divergentes. Porque el verdadero diálogo mira hacia el futuro – aseguró el Papa – construye la unidad en el servicio del bien común y se preocupa por las necesidades de todos los ciudadanos, especialmente de los pobres, los desfavorecidos y los que no tienen voz”.

Llamado a la comunidad internacional por la crisis de los refugiados

En su discurso, el Papa reconoció asimismo el espíritu generoso y solidario de la sociedad de Bangladés, por la ayuda brindada a los “refugiados llegados en masa del Estado de Rakhine, dándoles refugio temporal y lo necesario para la vida”. “Ninguno de nosotros puede ignorar la gravedad de la situación”, exhortó el Papa, llamando a la comunidad internacional a que “tome medidas decisivas para hacer frente a esta grave crisis”, a través de la resolución no sólo de los problemas políticos “que han provocado el desplazamiento masivo de personas, sino también, ofreciendo asistencia material inmediata a Bangladés en su esfuerzo por responder eficazmente a las urgentes necesidades humanas”.

El poder reconciliador de la religión

Aun cuando su visita está dirigida principalmente a la comunidad católica del país, Francisco quiso recordar el encuentro con los líderes ecuménicos e interreligiosos, del primero de diciembre en el arzobispado de Dacca. Un momento que el Papa definió “privilegiado”, ocasión para orar juntos por la paz y para reafirmar el compromiso de trabajar por ella.

“En un mundo en el que la religión a menudo se usa  – escandalosamente –  para fomentar la división, el testimonio de su poder reconciliador y unificador es muy necesario” destacó Francisco recordando que esto se manifestó. “de manera particularmente elocuente en la reacción unánime de indignación que siguió al brutal ataque terrorista del año pasado aquí en Dacca”.

La promoción de la cultura del encuentro

En las palabras del Santo Padre el reconocimiento también del “papel constructivo en el desarrollo de la nación” que desempeñan los católicos de Bangladés, aun siendo relativamente pocos. “La Iglesia aprecia la libertad que goza toda la nación de practicar su propia fe y realizar sus obras de caridad” les dijo el Papa, destacando, entre ellas, la de “proporcionar a los jóvenes, que representan el futuro de la sociedad, una educación de calidad y una formación en sólidos valores éticos y humanos” y la de “promover una cultura del encuentro que permita a los estudiantes asumir sus responsabilidades en la vida de la sociedad”.

Finalizando su discurso, antes de bendecir a los presentes,  el Papa les aseguró sus oraciones “para que, en sus altas responsabilidades, estén siempre inspirados por los nobles ideales de justicia y de servicio a sus conciudadanos”.

Lee el discurso integral del Santo Padre a las Autoridades, el Cuerpo Diplomático y la Sociedad Civil de Bangladés

 

 

 

 

 

 

 

 


El Papa a Bartolomé: es urgente crecer hacia la comunión plena y visible

De María Fernanda Bernasconi, SpC

En el marco del tradicional intercambio de Delegaciones con motivo de las respectivas fiestas de sus santos Patronos – el 29 de junio en Roma para la celebración de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y el 30 de noviembre en Estambul para la celebración de San Andrés –  el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, guía la Delegación de la Santa Sede para participar en la fiesta de este Patriarcado Ecuménico.

En esta misión pontificia acompañan al Purpurado el Obispo Brian Farrell, Secretario del Dicasterio, y Monseñor Andrea Palmieri, Subsecretario. Además, en Estambul se ha unido a esta Delegación el Nuncio Apostólico en Turquía, el Arzobispo Paul Russell.

Por su parte, la Delegación de la Santa Sede ha participado en la solemne Divina Liturgia presidida por Su Santidad Bartolomé –  que tuvo lugar en la iglesia de San Jorge en el Fanar –  a lo que siguió un encuentro con el Patriarca y conversaciones con la Comisión Sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia Católica.

En esta ocasión, el Cardenal Kurt Koch entregó al Patriarca Ecuménico un Mensaje autógrafo del Santo Padre Francisco, del que se dio lectura pública en la conclusión de la Divina Liturgia.

Deseo expresar mis mejores felicitaciones fraternas a Su Santidad y a los miembros del Santo Sínodo, del clero, de los monjes y de todos los fieles reunidos para participar en la Divina Liturgia

“Aun estando lejos de Roma a causa de mi visita pastoral a Myanmar y Bangladés – escribe el Papa Francisco – deseo expresar mis mejores felicitaciones fraternas a Su Santidad y a los miembros del Santo Sínodo, del clero, de los monjes y de todos los fieles reunidos para participar en la Divina Liturgia en la iglesia patriarcal de San Jorge con motivo de la conmemoración litúrgica del Apóstol San Andrés, hermano de Simón Pedro quien ha sido el primero en ser llamado a formar parte de los Apóstoles, Patrono de la Iglesia de Constantinopla y del Patriarcado ecuménico”.

El Papa Bergoglio pide por favor que cuando el diácono invite a quienes se han reunido durante la Divina Liturgia a rezar “por quienes viajan por tierra, mar y aire” lo haga también por él. Además, el Santo Padre presenta a la Delegación que ha envidado como “signo de su solidaridad espiritual” con su oración de agradecimiento y alabanza por todo lo que nuestro Dios omnipotente y misericordioso ha realizado “a través del testimonio del Apóstol Andrés”.

Católicos y ortodoxos deben compartir el anuncio de la Palabra de Vida como signo de comunión con el Padre

Francisco recuerda tanto a los católicos como a los ortodoxos que deben compartir el anuncio de la Palabra de Vida como signo de comunión con el Padre, a través del Hijo en el Espíritu Santo. Y añade que en su saludo de agradecimiento al Dios del amor, en obediencia a la voluntad “de nuestro Señor Jesucristo y en la fidelidad a la enseñanza de los Apóstoles”, reconoce “cuán urgente es crecer hacia la comunión plena y visible”.

Las palabras del Patriarca Atenágoras siguen guiando el diálogo entre ambas Iglesias

El Pontífice recuerda asimismo con alegría la vigilia de la fiesta de San Andrés, en el curso de una reunión en la que participó el Patriarca Bartolomé, con motivo del quincuagésimo aniversario de la visita del Papa Pablo VI a el Fanar el 25 de julio de 1967, que define “un momento histórico de comunión” entre los Pastores. Y añade que las palabras del Patriarca Atenágoras siguen guiando el diálogo entre ambas Iglesias.

Gratitud al Patriarca Bartolomé por la generosa y calurosa hospitalidad ofrecida a los miembros del Comité de Coordinación de la Comisión Conjunta Internacional para el Diálogo Teológico

Por otra parte, en su mensaje el Papa Francisco manifiesta su gratitud al Patriarca Bartolomé por la generosa y calurosa hospitalidad ofrecida a los miembros del Comité de Coordinación de la Comisión Conjunta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa; razón por la cual escribe que desea “animar nuevamente este diálogo teológico”.

“El consenso alcanzado por católicos y ortodoxos – escribe el Obispo de Roma en su mensaje – sobre algunos principios teológicos fundamentales que regulan la relación entre la primacía y el carácter sinodal en la vida de la Iglesia en el primer milenio puede servir para evaluar, incluso críticamente, algunas categorías y prácticas teológicas que se han desarrollado en el curso del segundo milenio en conformidad con esos principios. Semejante consenso puede permitirnos prever un modo común para entender el ejercicio del ministerio del Obispo de Roma, en el contexto del carácter sinodal y del servicio de la comunión de la Iglesia en el contexto actual”. Y añade que esta delicada tarea deberá realizarse en un clima de recíproca apertura y, sobre todo, en obediencia a las peticiones que el Espíritu Santo hace a la Iglesia.

Hay muchos contextos en los que ortodoxos y católicos ya pueden trabajar juntos sin esperar el día de la comunión plena y visible

Por último, el Papa Francisco afirma que en los últimos meses ha seguido con gran interés la participación del Patriarca en importantes eventos internacionales, que se han desarrollado en todo el mundo, referidos a la atención de la creación, la convivencia pacífica entre los pueblos de culturas y tradiciones religiosas diversas y la presencia de los cristianos en Oriente Medio. De ahí que el Santo Padre escriba textualmente: “El compromiso de Su Santidad es fuente de inspiración, apoyo y aliciente para mí, personalmente, porque como bien sabe, compartimos estas mismas preocupaciones. Tengo la ferviente esperanza de que católicos y ortodoxos puedan promover iniciativas conjuntas a nivel local sobre estos temas, puesto que hay muchos contextos en los que los ortodoxos y los católicos ya pueden trabajar juntos sin esperar el día de la comunión plena y visible”.

“Con la certidumbre de mi continuo recuerdo en la oración – concluye el mensaje pontificio – con sentimientos de afecto caluroso intercambio con Su Santidad un fraternal abrazo de paz”.


Dialogo verdadero construye la unidad al servicio del bien común: el Papa a las Autoridades de Bangladés

De María Cecilia Mutual

El diálogo sincero es el único camino para reconciliar las visiones: con esta afirmación el Papa Francisco se dirigió a las Autoridades, al Cuerpo Diplomático y a la Sociedad civil de Bangladés reunidos en el Palacio Presidencial de Dacca, en el primer día de su viaje apostólico a este país.

El Pontífice recordó que había llegado siguiendo los pasos de sus predecesores, Pablo VI y Juan Pablo II – solidarios con este pueblo en la superación de sus diversidades – “para orar con mis hermanos y hermanas católicos y ofrecerles un mensaje de afecto y aliento”.

Tomando la imagen de Bangladés como nación unida “por una vasta red de ríos y canales, grandes y pequeños” Francisco afirmó que esta peculiaridad simboliza “su identidad particular como pueblo”. “Una nación – dijo el Papa – que se esfuerza por “conseguir una unidad”, en el respeto de las diferentes tradiciones y comunidades. Y en este sentido, el Santo Padre destacó el pensamiento de los fundadores de Bangladés, especialmente del primer Presidente Shoah Mujibur Rahman, que buscaron “una sociedad moderna, plural e inclusiva en la que cada persona pudiera vivir en libertad, paz y seguridad”.

“Sólo a través del diálogo sincero y el respeto por la diversidad legítima, puede un pueblo reconciliar las divisiones, superar perspectivas unilaterales y reconocer la validez de los puntos de vista divergentes. Porque el verdadero diálogo mira hacia el futuro – aseguró el Papa – construye la unidad en el servicio del bien común y se preocupa por las necesidades de todos los ciudadanos, especialmente de los pobres, los desfavorecidos y los que no tienen voz”.

Llamado a la comunidad internacional por la crisis de los refugiados

En su discurso, el Papa reconoció el espíritu generoso y solidario de la sociedad de Bangladés, por la ayuda brindada a los “refugiados llegados en masa del Estado de Rakhine, dándoles refugio temporal y lo necesario para la vida”. “Ninguno de nosotros puede ignorar la gravedad situación”, exhortó el Papa, llamando a la comunidad internacional a que “tome medidas decisivas para hacer frente a esta grave crisis”, a través de la resolución de los problemas políticos “que han provocado el desplazamiento masivo de personas, sino también, ofreciendo asistencia material inmediata a Bangladesh en su esfuerzo por responder eficazmente a las urgentes necesidades humanas”.

El poder reconciliador de la religión

Aun cuando su visita está dirigida principalmente a la comunidad católica del país, Francisco quiso recordar el encuentro con los líderes ecuménicos e interreligiosos, del primero de diciembre en el arzobispado de Dacca. Un momento que el Papa definió “privilegiado”, ocasión para orar juntos por la paz y para reafirmar el compromiso de trabajar por ella.

“En un mundo en el que la religión a menudo se usa  – escandalosamente –  para fomentar la división, el testimonio de su poder reconciliador y unificador es muy necesario” destacó el Papa recordando que esto se manifestó. “de manera particularmente elocuente en la reacción unánime de indignación que siguió al brutal ataque terrorista del año pasado aquí en Dacca”.

La promoción de la cultura del encuentro

En las palabras del Santo Padre el reconocimiento también del “papel constructivo en el desarrollo de la nación” que desempeñan los católicos de Bangladés, aun siendo relativamente pocos. “La Iglesia aprecia la libertad que goza toda la nación de practicar su propia fe y realizar sus obras de caridad” les dijo el Papa, destacando, entre ellas, la de “proporcionar a los jóvenes, que representan el futuro de la sociedad, una educación de calidad y una formación en sólidos valores éticos y humanos” y la de “promover una cultura del encuentro que permita a los estudiantes asumir sus responsabilidades en la vida de la sociedad”.

Finalizando su discurso, antes de bendecir a los presentes,  el Papa les aseguró sus oraciones “para que, en sus altas responsabilidades, estén siempre inspirados por los nobles ideales de justicia y de servicio a sus conciudadanos”.

 

 

 


Misa de Francisco con los jóvenes: “Vosotros sois una buena noticia”

De Juan Carlos Velarde

En el último día de la visita del Papa Francisco a Myanmar, llegó el momento de poner el broche de oro a estos días tan importantes en el deseo del Papa, que ha llegado como peregrino de la paz “para rezar con la pequeña pero ferviente comunidad católica de esta nación, para confirmarla en la fe y alentarla a seguir contribuyendo al bien del país”.

En la Catedral de la Inmaculada Concepción en Yangon, el Papa celebró la Misa con los jóvenes en la memoria del Apóstol San Andrés. El Papa Francisco a lo largo de su Pontificado ha resaltado mucho el papel de los jóvenes en la construcción de una sociedad fraterna y en paz. De hecho a su llegada a Myanmar en el encuentro que mantuvo con las Autoridades, Sociedad civil y cuerpo diplomático señaló: “… los jóvenes de la nación son un regalo que hay que apreciar y alentar, una inversión que producirá un fruto abundante si se les ofrecen oportunidades reales de empleo y una educación de calidad… Es esencial que no se les robe a nuestros jóvenes la esperanza y la posibilidad de emplear su idealismo y su talento en remodelar el futuro de su país, es más, de toda la familia humana”.

En la homilía del Santo Padre dio gracias a Dios por todo lo vivido en estos días en Myanmar. Tomó para su reflexión la siguiente frase del Profeta Isaías: «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!» (Rm 10,15; cf. Is 52,7).

El Papa felicitó a los jóvenes porque son mensajeros de “buenas noticias” …les dijo: “por ser signos concretos de la fe de la Iglesia en Jesucristo, que nos hace experimentar un gozo y una esperanza que nunca morirán… Desde su fe en Jesucristo –afirmó- están listos para ser mensajeros de esperanza, una esperanza que ayudará al futuro del país”.

El Papa además les propuso un desafío en tres preguntas concretas a las que unió algunas ideas para guiarles en el camino de la fe y ayudarles a discernir.

Ante la primera pregunta: «¿cómo puede alguien creer en el Señor sin haber oído hablar de él?». El Papa les dijo: “Se necesitan personas auténticas que sepan escuchar, de ahí la necesidad de la oración, de cultivar la vida interior y también del diálogo con los santos, entre los que destacó a San Andrés “un sencillo pescador que acabó siendo un gran mártir, un testigo del amor de Jesús que aprendió gradualmente a ser un verdadero discípulo de Cristo”. Ante las dificultades del camino el Papa les dijo: “No tengáis miedo de aprender de vuestros propios errores… Sabed que Jesús está lleno de misericordia”.

En la segunda pregunta: «¿Cómo van a oír hablar de Jesús sin un mensajero que lo anuncie?». El Papa les recordó que ésta es una gran tarea encomendada de manera especial a los jóvenes: ser «discípulos misioneros», mensajeros de la buena noticia de Jesús. No tengáis miedo de hacer lío, de plantear preguntas que hagan pensar a la gente. Os pido que gritéis, para ser con vuestra vida signos de esperanza para los que están desanimados”.

La última pregunta sobre la que reflexionó el Papa fue: «¿Cómo puede haber un mensajero sin que sea enviado?». “Al final de esta Misa, -señaló el Santo Padre- todos seremos enviados, para llevar con nosotros los dones que hemos recibido y compartirlos con los demás. Esto puede provocar un poco de desánimo, ya que no siempre sabemos a dónde nos puede enviar Jesús. Pero él nunca nos manda sin caminar al mismo tiempo a nuestro lado. El Señor invitará a algunos de vosotros a seguirlo como sacerdotes… A otros los llamará a la vida religiosa, a otros a la vida matrimonial, a ser padres y madres amorosos. Cualquiera que sea vuestra vocación, os exhorto: ¡sed valientes, sed generosos y, sobre todo, sed alegres!

El Papa finalizó su homilía invitando a mirar a María: “ella tuvo el valor de confiar en la «buena noticia» que había escuchado, y de traducirla en una vida de consagración fiel a su vocación, de entrega total de sí y completa confianza en los cuidados amorosos de Dios”.


Jesús es la sabiduría de Dios en persona, dijo el Papa en la misa en Yangon, Myanmar

De Juan Carlos Velarde

En la misa celebrada en el Kyaikkasan Ground (área deportiva con capacidad para 250.000 personas), el Santo Padre se presentó como “peregrino que he venido para escuchar y aprender de vosotros, y para ofreceros algunas palabras de esperanza y consuelo”.

Partiendo de la primera lectura y del Evangelio de hoy; el Santo Padre hizo una reflexión sobre la auténtica sabiduría. “Jesús es la sabiduría de Dios en persona.. que nos enseñó su sabiduría entregando su vida en la cruz. Desde la cruz –dijo el Papa- también nos llega la curación, e invito al pueblo de Myanmar a curar las heridas visibles e invisibles “encontrando en las heridas de Cristo la fuente de toda curación”…“Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas”.

Destaco además en sus palabras el don de la eucaristía, en ella “no sólo reconocemos, con los ojos de la fe, el don de su cuerpo y de su sangre, sino que también aprendemos cómo encontrar descanso en sus heridas, y a ser purificados allí de todos nuestros pecados y de nuestros caminos errados… De esta manera, seréis testigos fieles de la reconciliación y la paz”.

En su homilía destacó además el buen papel que está desarrollando la Iglesia en Myanmar “especialmente a los más necesitados”…Les dijo: ”Soy testigo de que la Iglesia aquí está viva, que Cristo está vivo y está aquí con vosotros… Os animo a seguir compartiendo con los demás la valiosa sabiduría que habéis recibido, el amor de Dios que brota del corazón de Jesús”. El amor revelado por Jesús en la cruz señaló el Papa “es como un GPS espiritual que nos guía de manera inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo.

Terminó sus palabras dirigiéndose a la Virgen María pidiéndola “la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados, con la alegría que proviene de encontrar descanso en las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final”.

Texto completo de Papa Francisco, de la Homilía, Santa Misa Yangon, Kyaikkasan Ground. Miércoles, 29 de noviembre de 2017

Queridos hermanos y hermanas:

Desde antes de venir a este país, he estado esperando que llegara este momento. Muchos de vosotros habéis venido de lejanas y remotas tierras montañosas, algunos incluso a pie. Vengo como peregrino para escuchar y aprender de vosotros, y para ofreceros algunas palabras de esperanza y consuelo.

La primera lectura de hoy, tomada del libro de Daniel, nos ayuda a ver lo limitada que era la sabiduría del rey Baltasar y sus videntes. Ellos sabían cómo alabar «a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra» (Dn 5,4), pero no poseían la sabiduría para alabar a Dios, en cuyas manos está nuestra vida y nuestro aliento. Daniel, sin embargo, tenía la sabiduría del Señor y fue capaz de interpretar sus grandes misterios.

El intérprete definitivo de los misterios de Dios es Jesús. Él es la sabiduría de Dios en persona (cf.1 Co 1,24). Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando su vida en la cruz. A veces podemos caer en la trampa de confiar en nuestra propia sabiduría, pero la verdad es que podemos fácilmente desorientarnos. En esos momentos, debemos recordar que tenemos ante nosotros una brújula segura: el Señor crucificado. En la cruz, encontramos la sabiduría que puede guiar nuestras vidas con la luz que proviene de Dios.

Desde la cruz también nos llega la curación. Allí, Jesús ofreció sus heridas al Padre por nosotros, las heridas que nos han curado (cf. 1 Pe 2,4). Que siempre tengamos la sabiduría de encontrar en las heridas de Cristo la fuente de toda curación. Sé que muchos en Myanmar llevan las heridas de la violencia, heridas visibles e invisibles. Existe la tentación de responder a estas heridas con una sabiduría mundana que, como la del rey en la primera lectura, está profundamente equivocada. Pensamos que la curación pueda venir de la ira y de la venganza. Sin embargo, el camino de la venganza no es el camino de Jesús.

El camino de Jesús es radicalmente diferente. Cuando el odio y el rechazo lo condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión. En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que, al igual que él, también nosotros podemos encontrar rechazo y obstáculos, sin embargo él nos dará una sabiduría a la que nadie puede resistir (cf. Lc 21,15). Está hablando del Espíritu Santo, gracias al cual el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones (Rm 5, 5). Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas.

En la víspera de su pasión, Jesús se entregó a sus apóstoles bajo los signos del pan y del vino. En el don de la Eucaristía, no sólo reconocemos, con los ojos de la fe, el don de su cuerpo y de su sangre, sino que también aprendemos cómo encontrar descanso en sus heridas, y a ser purificados allí de todos nuestros pecados y de nuestros caminos errados. Queridos hermanos y hermanas, que encontrando refugio en las heridas de Cristo, podáis saborear el bálsamo saludable de la misericordia del Padre y encontrar la fuerza para llevarlo a los demás, para ungir cada herida y recuerdo doloroso. De esta manera, seréis testigos fieles de la reconciliación y la paz, que Dios quiere que reine en todos los corazones de los hombres y en todas las comunidades.

Sé que la Iglesia en Myanmar ya está haciendo mucho para llevar a otros el bálsamo saludable de la misericordia de Dios, especialmente a los más necesitados. Hay muestras claras de que, incluso con medios muy limitados, muchas comunidades anuncian el Evangelio a otras minorías tribales, sin forzar ni coaccionar, sino siempre invitando y acogiendo. En medio de tanta pobreza y dificultades, muchos de vosotros ofrecéis ayuda práctica y solidaridad a los pobres y a los que sufren. Con el servicio diario de vuestros obispos, sacerdotes, religiosos y catequistas, y en particular a través de la encomiable labor de la Catholic Karuna Myanmar y de la generosa asistencia proporcionada por las Obras Misionales Pontificias, la Iglesia en este país está ayudando a un gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión u origen étnico. Soy testigo de que la Iglesia aquí está viva, que Cristo está vivo y está aquí con vosotros y con vuestros hermanos y hermanas de otras comunidades cristianas. Os animo a seguir compartiendo con los demás la valiosa sabiduría que habéis recibido, el amor de Dios que brota del corazón de Jesús.

Jesús quiere dar esta sabiduría en abundancia. Él recompensará ciertamente vuestra labor de sembrar semillas de curación y reconciliación en vuestras familias, comunidades y en toda la sociedad de esta nación. ¿No nos dijo él que nadie se puede resistir a su sabiduría (cf. Lc 21,15)? Su mensaje de perdón y misericordia se sirve de una lógica que no todos querrán comprender y que encontrará obstáculos. Sin embargo, su amor revelado en la cruz, en definitiva, nadie lo puede detener. Es como un GPS espiritual que nos guía de manera inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo.

La Santísima Virgen María siguió a su Hijo hasta la oscura montaña del Calvario y nos acompaña en cada paso de nuestro viaje terrenal. Que ella nos obtenga la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados, con la alegría que proviene de encontrar descanso en las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final.

Que Dios os bendiga a todos. Que Dios bendiga a la Iglesia en Myanmar. Que él bendiga a esta tierra con su paz. Que Dios bendiga a Myanmar.

 


Misa de Francisco con los jóvenes: “Vosotros sois una buena noticia”

De Juan Carlos Velarde

En el último día de la visita del Papa Francisco a Myanmar, llegó el momento de poner el broche de oro a estos días tan importantes en el deseo del Papa, que ha llegado como peregrino de la paz “para rezar con la pequeña pero ferviente comunidad católica de esta nación, para confirmarla en la fe y alentarla a seguir contribuyendo al bien del país”.

En la Catedral de la Inmaculada Concepción en Yangon, el Papa celebró la Misa con los jóvenes en la memoria del Apóstol San Andrés. El Papa Francisco a lo largo de su Pontificado ha resaltado mucho el papel de los jóvenes en la construcción de una sociedad fraterna y en paz. De hecho a su llegada a Myanmar en el encuentro que mantuvo con las Autoridades, Sociedad civil y cuerpo diplomático señaló: “… los jóvenes de la nación son un regalo que hay que apreciar y alentar, una inversión que producirá un fruto abundante si se les ofrecen oportunidades reales de empleo y una educación de calidad… Es esencial que no se les robe a nuestros jóvenes la esperanza y la posibilidad de emplear su idealismo y su talento en remodelar el futuro de su país, es más, de toda la familia humana”.

En la homilía del Santo Padre dio gracias a Dios por todo lo vivido en estos días en Myanmar. Tomó para su reflexión la siguiente frase del Profeta Isaías: «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!» (Rm 10,15; cf. Is 52,7).

El Papa felicitó a los jóvenes porque son mensajeros de “buenas noticias” …les dijo: “por ser signos concretos de la fe de la Iglesia en Jesucristo, que nos hace experimentar un gozo y una esperanza que nunca morirán… Desde su fe en Jesucristo –afirmó- están listos para ser mensajeros de esperanza, una esperanza que ayudará al futuro del país”.

El Papa además les propuso un desafío en tres preguntas concretas a las que unió algunas ideas para guiarles en el camino de la fe y ayudarles a discernir.

Ante la primera pregunta: «¿cómo puede alguien creer en el Señor sin haber oído hablar de él?». El Papa les dijo: “Se necesitan personas auténticas que sepan escuchar, de ahí la necesidad de la oración, de cultivar la vida interior y también del diálogo con los santos, entre los que destacó a San Andrés “un sencillo pescador que acabó siendo un gran mártir, un testigo del amor de Jesús que aprendió gradualmente a ser un verdadero discípulo de Cristo”. Ante las dificultades del camino el Papa les dijo: “No tengáis miedo de aprender de vuestros propios errores… Sabed que Jesús está lleno de misericordia”.

En la segunda pregunta: «¿Cómo van a oír hablar de Jesús sin un mensajero que lo anuncie?». El Papa les recordó que ésta es una gran tarea encomendada de manera especial a los jóvenes: ser «discípulos misioneros», mensajeros de la buena noticia de Jesús. No tengáis miedo de hacer lío, de plantear preguntas que hagan pensar a la gente. Os pido que gritéis, para ser con vuestra vida signos de esperanza para los que están desanimados”.

La última pregunta sobre la que reflexionó el Papa fue: «¿Cómo puede haber un mensajero sin que sea enviado?». “Al final de esta Misa, -señaló el Santo Padre- todos seremos enviados, para llevar con nosotros los dones que hemos recibido y compartirlos con los demás. Esto puede provocar un poco de desánimo, ya que no siempre sabemos a dónde nos puede enviar Jesús. Pero él nunca nos manda sin caminar al mismo tiempo a nuestro lado. El Señor invitará a algunos de vosotros a seguirlo como sacerdotes… A otros los llamará a la vida religiosa, a otros a la vida matrimonial, a ser padres y madres amorosos. Cualquiera que sea vuestra vocación, os exhorto: ¡sed valientes, sed generosos y, sobre todo, sed alegres!

El Papa finalizó su homilía invitando a mirar a María: “ella tuvo el valor de confiar en la «buena noticia» que había escuchado, y de traducirla en una vida de consagración fiel a su vocación, de entrega total de sí y completa confianza en los cuidados amorosos de Dios”.


Jesús es la sabiduría de Dios en persona, dijo el Papa en la misa en Yangon, Myanmar

De Juan Carlos Velarde

En la misa celebrada en el Kyaikkasan Ground (área deportiva con capacidad para 250.000 personas), el Santo Padre se presentó como “peregrino que he venido para escuchar y aprender de vosotros, y para ofreceros algunas palabras de esperanza y consuelo”.

Partiendo de la primera lectura y del Evangelio de hoy; el Santo Padre hizo una reflexión sobre la auténtica sabiduría. “Jesús es la sabiduría de Dios en persona.. que nos enseñó su sabiduría entregando su vida en la cruz. Desde la cruz –dijo el Papa- también nos llega la curación, e invito al pueblo de Myanmar a curar las heridas visibles e invisibles “encontrando en las heridas de Cristo la fuente de toda curación”…“Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas”.

Destaco además en sus palabras el don de la eucaristía, en ella “no sólo reconocemos, con los ojos de la fe, el don de su cuerpo y de su sangre, sino que también aprendemos cómo encontrar descanso en sus heridas, y a ser purificados allí de todos nuestros pecados y de nuestros caminos errados… De esta manera, seréis testigos fieles de la reconciliación y la paz”.

En su homilía destacó además el buen papel que está desarrollando la Iglesia en Myanmar “especialmente a los más necesitados”…Les dijo: ”Soy testigo de que la Iglesia aquí está viva, que Cristo está vivo y está aquí con vosotros… Os animo a seguir compartiendo con los demás la valiosa sabiduría que habéis recibido, el amor de Dios que brota del corazón de Jesús”. El amor revelado por Jesús en la cruz señaló el Papa “es como un GPS espiritual que nos guía de manera inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo.

Terminó sus palabras dirigiéndose a la Virgen María pidiéndola “la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados, con la alegría que proviene de encontrar descanso en las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final”.

Texto completo de Papa Francisco, de la Homilía, Santa Misa Yangon, Kyaikkasan Ground. Miércoles, 29 de noviembre de 2017

Queridos hermanos y hermanas:

Desde antes de venir a este país, he estado esperando que llegara este momento. Muchos de vosotros habéis venido de lejanas y remotas tierras montañosas, algunos incluso a pie. Vengo como peregrino para escuchar y aprender de vosotros, y para ofreceros algunas palabras de esperanza y consuelo.

La primera lectura de hoy, tomada del libro de Daniel, nos ayuda a ver lo limitada que era la sabiduría del rey Baltasar y sus videntes. Ellos sabían cómo alabar «a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra» (Dn 5,4), pero no poseían la sabiduría para alabar a Dios, en cuyas manos está nuestra vida y nuestro aliento. Daniel, sin embargo, tenía la sabiduría del Señor y fue capaz de interpretar sus grandes misterios.

El intérprete definitivo de los misterios de Dios es Jesús. Él es la sabiduría de Dios en persona (cf.1 Co 1,24). Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando su vida en la cruz. A veces podemos caer en la trampa de confiar en nuestra propia sabiduría, pero la verdad es que podemos fácilmente desorientarnos. En esos momentos, debemos recordar que tenemos ante nosotros una brújula segura: el Señor crucificado. En la cruz, encontramos la sabiduría que puede guiar nuestras vidas con la luz que proviene de Dios.

Desde la cruz también nos llega la curación. Allí, Jesús ofreció sus heridas al Padre por nosotros, las heridas que nos han curado (cf. 1 Pe 2,4). Que siempre tengamos la sabiduría de encontrar en las heridas de Cristo la fuente de toda curación. Sé que muchos en Myanmar llevan las heridas de la violencia, heridas visibles e invisibles. Existe la tentación de responder a estas heridas con una sabiduría mundana que, como la del rey en la primera lectura, está profundamente equivocada. Pensamos que la curación pueda venir de la ira y de la venganza. Sin embargo, el camino de la venganza no es el camino de Jesús.

El camino de Jesús es radicalmente diferente. Cuando el odio y el rechazo lo condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión. En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que, al igual que él, también nosotros podemos encontrar rechazo y obstáculos, sin embargo él nos dará una sabiduría a la que nadie puede resistir (cf. Lc 21,15). Está hablando del Espíritu Santo, gracias al cual el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones (Rm 5, 5). Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas.

En la víspera de su pasión, Jesús se entregó a sus apóstoles bajo los signos del pan y del vino. En el don de la Eucaristía, no sólo reconocemos, con los ojos de la fe, el don de su cuerpo y de su sangre, sino que también aprendemos cómo encontrar descanso en sus heridas, y a ser purificados allí de todos nuestros pecados y de nuestros caminos errados. Queridos hermanos y hermanas, que encontrando refugio en las heridas de Cristo, podáis saborear el bálsamo saludable de la misericordia del Padre y encontrar la fuerza para llevarlo a los demás, para ungir cada herida y recuerdo doloroso. De esta manera, seréis testigos fieles de la reconciliación y la paz, que Dios quiere que reine en todos los corazones de los hombres y en todas las comunidades.

Sé que la Iglesia en Myanmar ya está haciendo mucho para llevar a otros el bálsamo saludable de la misericordia de Dios, especialmente a los más necesitados. Hay muestras claras de que, incluso con medios muy limitados, muchas comunidades anuncian el Evangelio a otras minorías tribales, sin forzar ni coaccionar, sino siempre invitando y acogiendo. En medio de tanta pobreza y dificultades, muchos de vosotros ofrecéis ayuda práctica y solidaridad a los pobres y a los que sufren. Con el servicio diario de vuestros obispos, sacerdotes, religiosos y catequistas, y en particular a través de la encomiable labor de la Catholic Karuna Myanmar y de la generosa asistencia proporcionada por las Obras Misionales Pontificias, la Iglesia en este país está ayudando a un gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión u origen étnico. Soy testigo de que la Iglesia aquí está viva, que Cristo está vivo y está aquí con vosotros y con vuestros hermanos y hermanas de otras comunidades cristianas. Os animo a seguir compartiendo con los demás la valiosa sabiduría que habéis recibido, el amor de Dios que brota del corazón de Jesús.

Jesús quiere dar esta sabiduría en abundancia. Él recompensará ciertamente vuestra labor de sembrar semillas de curación y reconciliación en vuestras familias, comunidades y en toda la sociedad de esta nación. ¿No nos dijo él que nadie se puede resistir a su sabiduría (cf. Lc 21,15)? Su mensaje de perdón y misericordia se sirve de una lógica que no todos querrán comprender y que encontrará obstáculos. Sin embargo, su amor revelado en la cruz, en definitiva, nadie lo puede detener. Es como un GPS espiritual que nos guía de manera inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo.

La Santísima Virgen María siguió a su Hijo hasta la oscura montaña del Calvario y nos acompaña en cada paso de nuestro viaje terrenal. Que ella nos obtenga la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados, con la alegría que proviene de encontrar descanso en las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final.

Que Dios os bendiga a todos. Que Dios bendiga a la Iglesia en Myanmar. Que él bendiga a esta tierra con su paz. Que Dios bendiga a Myanmar.