sábado, 21 de enero de 2017

En la memoria de santa Inés, se presentaron al Papa los corderos bendecidos

(RV).- Esta mañana, en la Capilla Urbano VIII del Vaticano, se presentaron al Papa los dos corderitos bendecidos en esta misma mañana en la basílica de Santa Inés en la Via Nomentana, en el día en que la Iglesia recuerda la Santa Romana, virgen y mártir del III siglo.

La lana de los corderos se utilizará para confeccionar los palios de los nuevos arzobispos metropolitanos.

El palio tiene la forma de una faja circular que se coloca sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, destacándose de ella seis o cinco cruces de seda de color negro o rojo, y es usado tanto por el Papa y por los arzobispos. Es símbolo del obispo que como buen pastor carga el cordero en sus hombros, y también recuerda el Cordero crucificado para la salvación de los hombres, y es un signo de comunión con la Sede Apostólica de los arzobispos.

El rito de la bendición del palio es realizado por el Santo Padre el 29 de junio, solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y seguidamente, son impuestos por los nuncios apostólicos a los arzobispos en sus sedes.

Acerca de Santa Inés, recordamos que nace en el siglo III en Roma de padres cristianos pertenecientes a una ilustre familia patricia. Tiene doce años de edad cuando el emperador Diocleciano desencadena una feroz persecución contra los cristianos. El hijo del prefecto de Roma se enamora de ella y amenaza con denunciarla como cristiana si no cede. Ella no niega a Jesús y lo rechaza. Es expuesta desnuda en el Circo Agonale, o bien, el Estadio de Domiciano en las inmediaciones de la actual plaza Navona, y arrojada al fuego, pero sobrevive. Por último, es atravesada con una espada clavada en la garganta y muere, como en aquel tiempo se mataban a los corderos.

 


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