sábado, 27 de mayo de 2017

Para misionar hay que ser testarudos en la esperanza: el Papa a los jóvenes de Génova

 “Los invito a rezarle en silencio a la Virgen, cada uno le diga lo que tiene en el corazón, ella es nuestra mamá, la madre de Jesús”: con esta invitación a rezarle a la Virgen María, el Papa inició su encuentro con los jóvenes genoveses, en el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia.

Después del encuentro con los religiosos de la región, el Papa Francisco abrazó a los jóvenes de Génova, que lo esperaban numerosos y entusiastas en el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia, el más importante santuario de Liguria y uno de los más importantes de Italia.

Con la espontaneidad que lo caracteriza y como lo hizo también con la Iglesia de Liguria poco antes y con los trabajadores de la planta industrial siderúrgica Ilva, a primeras horas de la mañana, en su primera etapa en tierra ligur, Francisco respondió a las preguntas de tres jóvenes.

“Para mí es una alegría encontrarlos, les dijo el Papa, es un encuentro que siempre deseo. Ustedes que no quieren respuestas preparadas, quieren el diálogo”. Respondiendo a las preguntas de los jóvenes, Francisco les aseguró que la invitación de Jesús “es siempre una alegría plena, y nadie se las quitará. Alegría, afirmó el Pontífice, que no es lo mismo que divertirse. Es la alegría que está adentro, que nace del corazón y no es superficial”.

“Ir a misionar, explicó después Francisco, significa “dejarse transformar por el Señor. El ser misioneros nos lleva a aprender a mirar con ‘ojos nuevos’, nuestra ciudad, nuestra vida y nuestra familia con ojos distintos. Nos abre los ojos y el corazón. Y así, dejamos de ser ‘turistas’ de la vida para volvernos hombres y mujeres que aman con compromiso en la vida”.

El Papa los exhortó a “dejar la actitud de turistas y volverse jóvenes con un compromiso serio” porque – aseguró – “tenemos que vivir en misión”.

El Papa explicó seguidamente que amar significa tener la capacidad de mirar a los ojos de quienes están en situación de degrado y decir: “para mí tú eres Jesús” y éste – aseguró – es el inicio de toda misión. Y para misionar – subrayó – hay que ser testarudos en la esperanza

(MCM-RV)

 

 


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