domingo, 20 de marzo de 2016

Del mismo modo que entró en Jerusalén, Jesús desea también entrar en nuestras ciudades y en nuestras vidas, el Papa este Domingo de Ramos

Audio completo de la homília del Papa este Domingo de Ramos

La Plaza de San Pedro esta mañana magníficamente adornada para la ocasión con numerosos olivos y flores, fue el marco en el que el Papa Francisco presidió la Procesión y la bendición de las Palmas y celebró la Santa Misa del Domingo de Ramos. Ante miles de fieles y peregrinos italianos y procedentes de numerosos países, el Obispo de Roma recordó en su homilía aquel «¡Bendito el que viene en nombre del Señor!» que gritaba la muchedumbre de Jerusalén acogiendo a Jesús. "Hemos hecho nuestro aquel entusiasmo, agitando las palmas y los ramos de olivo. Hemos expresado la alabanza y el gozo, el deseo de recibir a Jesús que viene a nosotros", observó el Papa. "Del mismo modo que entró en Jerusalén, Jesús desea también entrar en nuestras ciudades y en nuestras vidas. Así como lo ha hecho en el Evangelio, cabalgando sobre un simple pollino, viene a nosotros humildemente, pero viene «en el nombre del Señor»: con el poder de su amor divino perdona nuestros pecados y nos reconcilia con el Padre y con nosotros mismos". "Jesús está contento de la manifestación popular de afecto de la gente, y ante la protesta de los fariseos para que haga callar a quien lo aclama, responde: «si estos callan, gritarán las piedras» (Lc 19,40)". El Santo Padre deseó que así como nada pudo detener el entusiasmo por la entrada de Jesús; que nada nos impida encontrar en él la fuente de nuestra alegría, de la alegría auténtica, que permanece y da paz; "porque sólo Jesús nos salva de los lazos del pecado, de la muerte, del miedo y de la tristeza".

(RC-RV)


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