(RV).- Después de 25 años la Jornada Mundial de la Juventud volvió a Polonia, dijo Francisco, como un signo de esperanza para los nuevos desafíos del mundo: la fraternidad. “Venidos de 180 países, los jóvenes han hecho ondear juntas todas sus banderas, incluso las de naciones en conflicto, en una fiesta de color, un mosaico de fraternidad. Han compartido la alegría de estar juntos, para derramarla por todas partes con las obras de misericordia. Gracias a todos los jóvenes que han venido y a todos los que se han unido a nosotros”. jesuita Guillermo Ortiz – RADIO VATICANA
RESUMEN DE LA CATEQUESIS en español
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